Hoy mis palabras van a una de las miles de cosas que mantengo en la distancia, como lo es mi sueño al que me aferro por aprender.
Hablando del master, de todo lo que me aporta y de todo lo que me angustia desde que llego hasta que me voy.
Sensanciones suaves como la plumas
pero delicadamente afiladas
que tocan tu alma sin apenas darte cuenta.
Sensaciones pasajeras de idas y venidas
del tick-tack de un reloj
del metro, de un avión
que se consumen en la insaciable energia de un cuerpo
Sensaciones plancenteras de flashes congelados
sobre recuerdos agradables
Sensaciones infames sobre baules enterrados
sobre escafandras hundidas bajo el mar
que no esperaban ver la luz nunca mas
Sensaciones insensatas, inocuas
que duran escasos segundos
pero que son suficientes
para dejarte insipida en la desgustación de la existencia
Sensaciones de nuestro paso por la vida
que marcan el rumbo de un futuro
de un sueño, de mi sueño.
Y asi me despido, con las des-agradables palabras, emociones que me genera estudiar el master. Algo cálido y frio a la vez, algo insipido y sustancioso, algo que no me deja indeferente y que algun día podre ordenar poco a poco.
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