.....Así como tardo en dejar fundir mis dedos sobre el teclado y derramar las palabras que parecen ir solas, así; pasan son las milésimas de segundos.
Días que de repente estas muy alto, que sabes lo que quieres en la vida; que por fin has conseguido hacer click y sientes que para hacer des-click es algo muy dificil lo que tiene que pasar. Pues bien, puedo mostrar que no; por lo menos en mi caso.
Como la cosa menos insignificante puede hacer que cambie tu parecer.
Vengo de una semana intensiva en Barcelona, mi segunda ciudad, mi segunda vida, mi rincón que nunca me falla. La mejor de mis experiencias desde hacia mucho. He vivido como hacía mucho tiempo no lo había hecho, he sentido como hacía mucho no lo hacía. Sentía que no tenía nada que esconder, que no tenía nada que temer, que no tenía nada que me echará para atrás. Sentía la plena libertad de ser libre.
¿ Y que lo provocó todo? ¿ Las clases? ¿ Los compañeros? ¿ Sentirme que pertencía a algo? ¿ Sentirme como una gran familia? ¿ Sentirme como en casa?
Sentía que ya estaba en casa, que quería quedarme allí que no quería volver.
Viniendo en el avión mientras veía el mar Mediterráneo, observaba lo inmenso que era y la cantidad de cosas que podrían caber en el. La cantidad de barcos diminutos que se devisan a la deriva. Asi me sentía yo, como un barco, grande pero que visto desde mi parece ser muy chiquitito y perdido en el gran mar sin saber a donde dirigirse.
Otra vez de vuelta aqui, y justo que ahora pensaba que podía ser feliz en Puertollano con sus más y sus menos, me encuentro con estas imperiosas ganas de querer irme ya a Barcelona. Como si no quisiera esperarme más, como si deseará que fuera ya el momento. Aqui no se que decir, no se si decir que mi mente es la que dice que no y mi cuerpo el que dice que si. O es mi comodidad que se aloja en mi pasivo cuerpo quien me dice que no, mientras que mi mente soñadora me dice que si.
¿ Que debo hacer? Quisiera respuestas que me digan, vete o no vete. Respuestas que me impulsan a decir YAAAAAAA.
Y asi pasan las milésimas de segundos, milésimas de un día perdido, de mil cosas perdidas, milésimas de segundos para destrozar una cosa, para perderla, para tomar una decisión....
Días que de repente estas muy alto, que sabes lo que quieres en la vida; que por fin has conseguido hacer click y sientes que para hacer des-click es algo muy dificil lo que tiene que pasar. Pues bien, puedo mostrar que no; por lo menos en mi caso.
Como la cosa menos insignificante puede hacer que cambie tu parecer.
Vengo de una semana intensiva en Barcelona, mi segunda ciudad, mi segunda vida, mi rincón que nunca me falla. La mejor de mis experiencias desde hacia mucho. He vivido como hacía mucho tiempo no lo había hecho, he sentido como hacía mucho no lo hacía. Sentía que no tenía nada que esconder, que no tenía nada que temer, que no tenía nada que me echará para atrás. Sentía la plena libertad de ser libre.
¿ Y que lo provocó todo? ¿ Las clases? ¿ Los compañeros? ¿ Sentirme que pertencía a algo? ¿ Sentirme como una gran familia? ¿ Sentirme como en casa?
Sentía que ya estaba en casa, que quería quedarme allí que no quería volver.
Viniendo en el avión mientras veía el mar Mediterráneo, observaba lo inmenso que era y la cantidad de cosas que podrían caber en el. La cantidad de barcos diminutos que se devisan a la deriva. Asi me sentía yo, como un barco, grande pero que visto desde mi parece ser muy chiquitito y perdido en el gran mar sin saber a donde dirigirse.
Otra vez de vuelta aqui, y justo que ahora pensaba que podía ser feliz en Puertollano con sus más y sus menos, me encuentro con estas imperiosas ganas de querer irme ya a Barcelona. Como si no quisiera esperarme más, como si deseará que fuera ya el momento. Aqui no se que decir, no se si decir que mi mente es la que dice que no y mi cuerpo el que dice que si. O es mi comodidad que se aloja en mi pasivo cuerpo quien me dice que no, mientras que mi mente soñadora me dice que si.
¿ Que debo hacer? Quisiera respuestas que me digan, vete o no vete. Respuestas que me impulsan a decir YAAAAAAA.
Y asi pasan las milésimas de segundos, milésimas de un día perdido, de mil cosas perdidas, milésimas de segundos para destrozar una cosa, para perderla, para tomar una decisión....
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