Exilio de mis sentimientos

Exiliada en mis sentimientos, más ermitaña que una cueva o un túnel sin luz… Habitada en los letargos de las muertes pasadas… Viajo, huyo, corro, siento y desiento esta desilusión, esta traición, coraza y tristeza que me protege de la cruel realidad llamada enfrentamiento, no saber que va a pasar y tener que dejar pasar, este juego ambivalente de palabras que endurece cual paso firme. Y solo quisiera albergar por un momento dicha y corazón de estos grandes pensadores que si volvieran a vivir preguntarles querría de si volvieran hacer lo que hicieron ahora que creemos tenerlo todo? Las manos conocedoras, los ojos imborrables y nuestro corazón incalculable de lo magnífico que podemos llegar a hacer… No te olvides de olvidar el olvido. Prestar atención al instante, el material del que las cosas están hechas para seguir, escuchar el ruido envoltante del hierro al caminar o el arma dura donde uno guarda en su interior o las últimas horas de su muerte, muerte que siguen muchos. Muerte mirada a lo más profundo del ser lejano de uno, a la escafandra del mar y el fango o al cielo ligero y brillante que rescata… Ambos son dos mundos, ambos interconexos en la escalera de hierro. Que profundo viaje en el que perderte subiendo o bajando, entrando o saliendo y escogiendo cual es el camino que quieres. Porque elegiste no seguir sufriendo? Cobarde aquel que acontece seguir aun sabiendo que el mismo sufrimiento no lo elige el o culpable sino que como orgasmo efímero transita la morfina como solución a todo. Omnivolente, seguro en tu pensar que es mi parar, seguro… Ayudame a trazar un plan que aunque sea largo me permita llegar a ti.