sábado, 6 de diciembre de 2014

Puliendome como una Gheisa

Las Gheisas tenemos un mundo secreto donde juzgan nuestra obra de arte sin apenas conocernos.

La belleza y el sufrimiento arrastran nuestros pies, donde caminar es muy doloroso.

El corazón  muda sus hojas a un invernal vacío. Y ahí estoy yo, pintándome para

ocultar mi rostro; tapando mis deseos para que puedan salir tus sentimientos. No importa lo demás,

porque lo demás son solo miradas. Siento dolor por esconder en mi cara esos ojos de aguas

profundas. Guardaré en mi ojos tu última mirada, guardaré la pena que queda en mi tiritando;

guardaré esa parte de mi que se fue contigo, guardare ese TANTO y NADA de tí.

Aun no sé que es lo que nos paso, sí tu y yo eramos inmejorables. Pero ¿Sabes que?

Que de extrañar no se vive, y nosotras las Gheisas también somos guerreras, dicen que no puedes

sentirte una verdadera guerrera hasta que no golpeas a un hombre con la mirada. Mi espada cargada

en mi espalda pule hasta el último llanto para ser  desarmada y pulida a la perfección. Luchar con lo

que tiene delante y no puede alcanzar.


Dejar lo gratis para pagar lo caro, y ver que lo importante es saber que es lo importante. Los pasos

 que voy pisando, los besos que voy prestando, el tiempo que voy robando, el amor que voy

encontrando. Porque en cada paso, en cada tiempo, en cada beso...El amor que voy dejando es una

historia que estoy contando.

Y bajo cada historia que voy contando, cada página que voy pasando; el viento va volando, va

dejando, va dejando-te para no hacer daño.

Ahora toca bajo esta historia continuar con mi vida prestada. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario