Son la una de la mañana
y mi máquina echa el mismo polvo
que desprende un plumero
en el mueble de cualquier casa abandonada.
Historias inventadas,
historias que no fueron acabadas...
Que más da,
si van a ser contadas.
Adelante,
tienes que hacer algo
Algo que no sea el hueco vacío
de un relleno en el día a día.
Curiosidad que remoloneas como gato
Incertidumbre que avisa con su timbre
Que llega cuando menos te lo esperas;
Excitación la vieja amiga de la ilusión
Que busca incesante más ambición.
Pero ¿ Qué es aquello que te impide ser niña otra vez?
¿ Es el amor? o ¿Será el miedo?
El ocaso anuncia un oculto invierno
que tras la niebla no deja ver nada...
Serán las dudas de saber si es relleno o ambición.
Cuanto callamos pensando que así sentimos menos,
pero es que de tanto callar la lengua marchita
y las palabras que salen ya no tienen ni voz.
El autor de nuestro alma divaga sin rumbo
porque ya no sabe si escribe sobre lo que lee
o lee sobre lo que escribe.
Y es que las cosas se vuelven tan confusas
cuando las noches marcan noticias inesperadas,
de giros de 180 grados
Máquinas aguardan impacientes
la hora de la llegada,
la alarma de que el tren ya esta aquí,
de que hagas tu maleta y te pongas en marcha ya....
Je voudrais pas crever...
y mi máquina echa el mismo polvo
que desprende un plumero
en el mueble de cualquier casa abandonada.
Historias inventadas,
historias que no fueron acabadas...
Que más da,
si van a ser contadas.
Adelante,
tienes que hacer algo
Algo que no sea el hueco vacío
de un relleno en el día a día.
Curiosidad que remoloneas como gato
Incertidumbre que avisa con su timbre
Que llega cuando menos te lo esperas;
Excitación la vieja amiga de la ilusión
Que busca incesante más ambición.
Pero ¿ Qué es aquello que te impide ser niña otra vez?
¿ Es el amor? o ¿Será el miedo?
El ocaso anuncia un oculto invierno
que tras la niebla no deja ver nada...
Serán las dudas de saber si es relleno o ambición.
Cuanto callamos pensando que así sentimos menos,
pero es que de tanto callar la lengua marchita
y las palabras que salen ya no tienen ni voz.
El autor de nuestro alma divaga sin rumbo
porque ya no sabe si escribe sobre lo que lee
o lee sobre lo que escribe.
Y es que las cosas se vuelven tan confusas
cuando las noches marcan noticias inesperadas,
de giros de 180 grados
Máquinas aguardan impacientes
la hora de la llegada,
la alarma de que el tren ya esta aquí,
de que hagas tu maleta y te pongas en marcha ya....
Je voudrais pas crever...
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