Suena una melodía de alhelíes con un título llamado faro, me despierto; suena la alarma del microondas que te avisa de que el café ya esta listo. Se escucha el crujir de las tostadas que alimentan mis labios, que sacian mi voraz vacío emocional.
Quizás solo a veces se escuchan canciones sueltas que huelen a recuerdos de lo que paso anoche, a esa persona que viaja en tus neuronas..Frases sueltas que retumban en tus oídos: Autopista de la nostalgia, corazonada inconsciente, yo quiero hacer todo, me echo tanto de menos...
Siguen los decibelios: El roce de la ropa con mi cuerpo, la caricia de mis cabellos dorados, el motor que limpia mi sonrisa, cremalleras que suben y bajan, y el silencio mira a la ventana volviéndote a recordar milésimas de segundo....
Superamos los 60 decibelios, mis pasos como marcha del ejército acuden rápido a la rutina, coches, motos...El ruido irrumpe en las calles, la gente en silencio aún no se deja contagiar....
Pero el volumen de la radio estalla en nuestra sala, el móvil suena, los labios se mueven solos e intentan conjugar el ar, er, ir con pronombres del yo, ello y super-yo. Solo quieres alejarte, escuchar esos decibelios llenos de tí, de tu voz, de nuestras voces, de gemidos...
El sonido de las cosas que importan, el sonido de esos decibelios que hay dentro de tí, que no necesitan ni volumen para subirse y bajarse porque ya lo hace el tic-tac de nuestro corazón.
Puede hasta parecer que fuera de tí hay un silencio universal y la parte más díficil grita superando el umbral del volumen con los gritos que arañan mi espalda, clavan mis huesos, congelan mi respiración y siguen escuchando tus excusas al amor, excusas que se quieren rendir....
¿ Y si cambiamos los papeles? Me falta el valor para bajar el volumen, cambiar de emisora, sintonizar otra radio...Bienvenido a mi obra de ensayo y error, de luz y oscuridad, de blanco y negro, de Lopez y Valientes...Bienvenido a mi mundo de decibelios llenos de arte que como os de humos se esfuman en el aire.
Pero no te olvides querida canción que puedo hacer que creas que puedo hacerte lo que no sé hacerte y no te enteres, porque a veces los decibelios confunden al silencio y en mitad de la noche de tanto callar, quemas...Pero no te preocupes; no es la primera vez que me duele el corazón del dolor de no sentirlo.
Quizás solo a veces se escuchan canciones sueltas que huelen a recuerdos de lo que paso anoche, a esa persona que viaja en tus neuronas..Frases sueltas que retumban en tus oídos: Autopista de la nostalgia, corazonada inconsciente, yo quiero hacer todo, me echo tanto de menos...
Siguen los decibelios: El roce de la ropa con mi cuerpo, la caricia de mis cabellos dorados, el motor que limpia mi sonrisa, cremalleras que suben y bajan, y el silencio mira a la ventana volviéndote a recordar milésimas de segundo....
Superamos los 60 decibelios, mis pasos como marcha del ejército acuden rápido a la rutina, coches, motos...El ruido irrumpe en las calles, la gente en silencio aún no se deja contagiar....
Pero el volumen de la radio estalla en nuestra sala, el móvil suena, los labios se mueven solos e intentan conjugar el ar, er, ir con pronombres del yo, ello y super-yo. Solo quieres alejarte, escuchar esos decibelios llenos de tí, de tu voz, de nuestras voces, de gemidos...
El sonido de las cosas que importan, el sonido de esos decibelios que hay dentro de tí, que no necesitan ni volumen para subirse y bajarse porque ya lo hace el tic-tac de nuestro corazón.
Puede hasta parecer que fuera de tí hay un silencio universal y la parte más díficil grita superando el umbral del volumen con los gritos que arañan mi espalda, clavan mis huesos, congelan mi respiración y siguen escuchando tus excusas al amor, excusas que se quieren rendir....
¿ Y si cambiamos los papeles? Me falta el valor para bajar el volumen, cambiar de emisora, sintonizar otra radio...Bienvenido a mi obra de ensayo y error, de luz y oscuridad, de blanco y negro, de Lopez y Valientes...Bienvenido a mi mundo de decibelios llenos de arte que como os de humos se esfuman en el aire.
Pero no te olvides querida canción que puedo hacer que creas que puedo hacerte lo que no sé hacerte y no te enteres, porque a veces los decibelios confunden al silencio y en mitad de la noche de tanto callar, quemas...Pero no te preocupes; no es la primera vez que me duele el corazón del dolor de no sentirlo.
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