viernes, 16 de enero de 2015

True Blood

A estas horas ya casi no conozco a humanos normales. Estoy empezando a pensar que la verdad es veneno y que muchas veces quieres seguir en la mentira por seguir con esta especie de excusa a la que llaman amor.

Pero esto no funciona, porque la gente te huele tan de cerca que te puede llegar a comer cuando menos te lo espera.

Puede que haya pasado ya tres semanas pero para mí es tan reciente como la comida no digerida aún.
Permaneces escondido entre las profundidades, siempre en mundos subterráneos, escondido bajo los humanos. Y hoy, como todos saben también me hallo en el mismo mundo que tú aunque no sea contigo, pero escondida ando buscándote en estas palabras.

Como un vampiro te escondes tras las sombras de la luz, tu habitación, tu lectura, tus gafas, tu cuerpo...
Esa sangre que ansioso mordías, ese deseo pasional que quema; esa voraz hambre por desear más. Este es el precio a pagar cuando pruebas de la sangre y te envenenas demasiado, de embriaguez por aquello que es pasión, algo que te eriza la piel, que te hiela en milésimas y deja un hueco, vacío y lleno, sin aliento.

Es como estar en una piscina congelada intentando nadar y no puedes, todo cruje y tu cuerpo ya ni lo sientes, hipnotizada por tu frialdad.

Quisiera viajar dentro de tu corazón, escuchar tus latidos; saber la verdadera sangre de la que cojeas. El grupo sanguíneo del que estas hecho, saber tus más profundos miedos, tus más profundas debilidades. Tocarte la cara, acariciarte, mirarte tiernamente. Estar en silencio. Mirarte. Que te apoyas en mí y que también sientas los latidos de mi corazón.

Ya sabes de que sangre estoy hecha, he dejado mi cicatriz abierta a tí y has chupado de ella tanto que me has dejado sin fuerza por momentos. ¿ Es esto amor de verdad?...No sé las respuestas....

Y yo me iré, y tú te irás. Y yo me iré con algo de tí, y tú, tu te irás con algo de mí.

Invítame a recordarme, invítame a esta TRUE BLOOD. 

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